domingo, 28 de abril de 2013

UN DOMINGO DE SUPERHEROES: A PROPOSITO DE BATMAN, AÑO UNO Y IRON MAN III…


Hoy, en horas de la mañana, me dispuse a repetir uno de mis tantos domingos infantiles viendo un poco de comiquitas aún acostada agarrando fuerzas para levantarme. En un casi eterno zapping, debí aterrizar en HBO Family donde pasaban uno de los comics de Batman. Fue inevitable recordar que yo crecí con Batman, lo pasaban en Venevisión a eso de las cinco de la tarde. Fue uno de los héroes que me acompañaron en mi infancia junto con Superman, El Llanero Solitario, Centella, Meteoro, El Hombre Araña y El Chapulín Colorado. Había más en esa época, pero sólo con estos crecí yo. Batman, con su extraño traje y su escenografía tan psicodélica, tan de los sesenta; hace tiempo leí que esa serie en particular era una parodia a los superhéroes, aun no sé si eso tiene algo de real, quizás puede ser cierto, era el tiempo de los sarcasmos y las ironías. Lo cierto es que a partir de los 80 muchos Batman han nacido: unos más guapos que otros, unos más inteligentes que otros, unos más atormentados que otros, unos más Ninjas que otros y unos más Gays que otros; casi todos estos Batmans los he visto, pero el de hoy fue una sorpresa. Ya con mi control descansado y detenida en HBO Family me dispuse a ver Batman, año uno; un comics que al parecer sólo salió en formato DVD y Blue Ray en el año 2011. Densa, oscura, sórdida, con un Batman digno de vivir en una Ciudad Gótica convertida en Sin City. Luego supe que la asociación que tuve entre las dos películas tiene como enlace al historietista y cineasta Frank Miller. No soy una experta ni una gran fans de Batman, pero ésta es recomendable.

Ya levantada invite a mi hija a desayunar, primera sorpresa: mi carrita (Luna) amaneció desenfrenada (algunos lo llaman ¿frenos largos? Yo lo llamo: mejor dejo el carro en casa). A patica fuimos a desayunar y caminamos como hacía tiempo no lo hacíamos hasta descansar al mediodía en un inevitable: Centro Comercial. Nunca he encontrado mucha diversión en ellos, no soy compradora de Centros Comerciales (lo soy de otras cosas y en otras tiendas). Con cara de estoy muy aburrida, mire a mi hija y le pregunté: ¿y ahora que hacemos? Y ella que me conoce me dijo: Vamos al cine. Y allí estábamos revisando las películas y decidiendo entre: Jack el Cazagigantes, Operación Escape y Iron Man III. A mí no me gustan las películas que distorsionan los cuentos originales, a ella no le gustan de Monstruos y decidimos entrar a ver Iron man III. No soy fans de los Superhéroes y ese no me acompañó en mi infancia por lo que no le debo nada; he visto las anteriores junto con mi hermano en DVD y me es insoportable lo arrogante del personaje, aunque creo que es Robert Downey Jr. porque lo encuentro igual de arrogante en Sherlock Holmes, lo que me hace pensar que no actúa: él es así. Lo cierto es que la película me divirtió, es una película que se acerca a la Neurosis de los Superhéroes. En mi infancia lo hizo El Hombre Araña, ese de los primeros comics, vacilante, dubitativo, con una conversación constante consigo mismo, con  diálogos de altura como los que según Mega Mente todo Superhéroe amerita para impregnar su firma. Ese Hombre Araña se quedó en la TV, porque al ser pasado al cine solo mostro un adolescente inseguro, torpe, burla de todo el grupo de pares, más que Neurótico “acomplejado” dejando sin representación a la Neurosis dentro de los Superhéroes. Pues Iron Man llegó con la máxima representación actual de la Ansiedad: Los Ataques de Pánico. Más humano, más sensible, con mayor capacidad de introspección sin dejar a un lado su humor negro y su sarcasmo, Iron Man en ésta ocasión hace una excelente despedida de sus superpoderes sin dejar de ser lo que es un Superhéroe.

Por cierto, lo que más me gusto es que Pepper al final tuviese el poder y la fuerza para cerrarle la boca a Tony Stark, no lo hizo, pero pude fantasear viéndola cerrarle la boca de un superpuñetazo!!!