Nunca tuve esa vocación exaltada de ser médico y por tanto nunca quise ser la versión femenina de José Gregorio Hernández, quizás lo más cercano a mis aspiraciones era ser como Rafaela, la protagonista de aquella novela de los años setenta interpretada por Chelo Rodríguez y Arnaldo André. Mi paso por la Facultad de Medicina fue una fortuna, mi promoción: MEDICOS 90, por supuesto en la prodigiosa Universidad del Zulia, estaba constituida por unos adolescentes que se crecieron en las Plazas de la Facultad, protegiéndose unos a otros desde su ingenuidad e inocencia, fuimos zanahorias, dedicados, aplicados, esperanzados, comprometidos y así sin que interviniera en nuestras vidas las sombras del alcohol y las drogas o de la sexualidad irresponsable o del “amor como síntoma”, fantasmas que desvían el camino de los adolescentes, sin esas sombras nos graduamos, simplemente nos graduamos y salimos todos candorosos al limbo del desempleo.
Adulaciones, citas con los políticos de turno, insinuaciones poco decorosas, esas fueron las primeras experiencias en búsqueda, al menos en mi caso, de que me asignaran una zona cercana a mi hogar para hacer la rural y concederme el Articulo 8. Como muestra de mis fallas de socialización y mis tímidos problemas con las figuras de autoridad, así como mi gran dificultad para adornar con un derroche de halagos a quien maneja el poder, lo más cercano que encontré para hacer la rural fue Marizapa-Caucagua-Araguita-Barlovento, si se quiere, un poco lejos de Maracaibo. Este fue mi primer contacto con los Pseudogerentes del Estado.
Ya cumplida la rural, entras de nuevo al limbo del desempleo y debes salir de ese limbo lo antes posible porque nadie soportaría a un Medico mantenido por sus padres, en el caso de que esos padres pudieran mantenerlo, en mi caso esa posibilidad no existía. Y allá vamos otra vez, el Aparato del Estado, pesado y obsceno, no se convierte en la primera posibilidad en tanto los cargos están contados, debes pasar por el proceso descrito en el segundo párrafo, si llegas a conseguir un cargo el sueldo es bajo y debes esperar, y sin ninguna mentira que medie en este escrito, en oportunidades hasta tres a cinco años para comenzar a cobrar o tener tu nombramiento. Entonces aparece la Empresa privada, mejor conocida como LAS CLINICAS como única opción. Cuando trabajas en un clínica digamos como Residente y debes atender las Emergencias entras con unas funciones y unas tareas definidas, el paciente debe ingresar según criterios clínicos y administrativos, que no dependen en ningún caso del Residente de Guardia y que sólo espera que la orden sea emanada de arriba para él poder actuar. Si alquilas un consultorio el precio es tal que tú por retruque debes aumentar el precio de la consulta de no ser así no podrás alquilar el consultorio y por tanto no ejerces, algunas Empresas de Salud Privada tienen otra modalidad, la modalidad del porcentaje y quedamos 60% para la Empresa y 40% para el obrero, que digo para el Medico. En ambos casos, en el Ejercicio Publico o en el Ejercicio Privado, el Medico o al menos el 90% de nosotros LOS MEDICOS: somos unos ASALARIADOS, con dos grandes PATRONOS: ESTADO Y EMPRESA PRIVADA, SOMOS UNOS… PRIVADOS DE LIBERTAD.
Se debe aclarar que no siempre quien gerencia una clínica es Medico y tampoco su dueño lo es, (Bueno.. acabo de recordar que para la Gerencia de la Salud Publica tampoco tienes que ser Medico, una nueva modalidad de los últimos años) de hecho, para mí particularmente, quien se aleja del ejercicio asistencial de la Medicina se aleja de esa abstracción que es ser Médico, así que quienes gerencia la salud, ya sea en la pública o en la privada, dejan de ser médicos: ya no ven pacientes ven “el costo de una cama día”, “record de pacientes que debe ser visto” (la cantidad por encima de la calidad), ya no ven diagnósticos ven “costo de medicación”, etc, etc… Si he logrado que me entiendan en este punto del escrito quizás comprendan que LOS MEDICOS muchas, incalculables e innumerables veces no somos más que Órganos de Choque, que Carne de Cañón, que recibimos encima la desesperanza, la indignación, la carencia, la insatisfacción, la pobreza, la violencia, la decepción, el hambre, de un pueblo (ya ni esta palabra me gusta) sumergido en una situación al menos difícil, con el agravante de que ese pueblo ve al médico, quizás por el referente histórico celestial y divino de José Gregorio Hernández, desde una perspectiva mágico religiosa, el médico es para este pueblo: inquebrantable, inalterable, inmutable, supremo, impoluto, inmaculado; obviamente ningún médico por vías normales y sanas puede soportar esta imagen y en los últimos años, por una especie de resentimiento que tiene el alto gobierno por los Médicos (confieso que he llegado a pensar que el Pediatra de nuestro Presidente fue Lusinchi y no le perdona algún tratamiento paraenteral que le indicó y lo está pagando con nosotros) ha alterado la imagen del médico y con una gran campaña mediática y la inserción de un matriz de opinión morbosa el medico ahora es: ambicioso, codicioso, corrupto, gregario, clasista, burgués y oligarca así vivas en un más que humilde apartamento de antiguas soluciones habitacionales, ganes menos que un obrero del IVSS y nunca te toque un Bono Único, una discusión de Contracto Colectivo ni Evaluaciones Especiales, ni pasos en la Escala ni Aumentos de sueldo.
El paciente hoy día pide cuenta al Médico por situaciones que el Médico no PUEDE responder: la escasez de medicamentos, la falta de medicamento en las farmacias de los hospitales, las dificultades para ingresar un paciente por las condiciones de los hospitales, el precio de los medicamentos, el corto tiempo que debes dedicarle para poder cumplir con el record de pacientes exigidos por el hospital y cuando tratas de explicar cuáles son tus humanas funciones y hasta donde llega tus “poderes” entonces te salen con el fulano Juramento de Hipócrates que por cierto ninguno de quienes lo nombran saben qué demonios dice, o te salen con el cuento de la vocación y déjenme decirles que vocación significa llamado de Dios y su origen tiene que ver con el llamado de Dios al Sacerdocio y a ser Santo, no con la práctica médica.
Está visión del Medico entorpece las luchas por nuestros derechos laborales, la concepción de que el Medico “lo tiene todo” o “lo puede todo” le resta apoyo por gran parte de la población cuando los necesitamos; nuestra exigencia de una ambiente de trabajo adecuado y propicio para el ejercicio pleno de nuestra profesión (esto incluye la dotación de recursos a los hospitales y asegurar una adecuada estructura física), la discusión de contratos colectivos, la inclusión de beneficios para nuestros hijos, el aumento de sueldos y salarios; es la misma exigencia de todos los trabajadores de nuestro país, es lo mismo que pide el obrero, el maestro, el ingeniero, el abogado y que por LEY nos pertenece.
Pero a los Gobiernos les conviene generar luchas de clases, y no hay peor lucha que la del trabajador contra el trabajador, es desgarrada y miserable. Este Gobierno no es diferente, al contrario, ha sabido con técnica quirúrgica construirse a imagen y semejanza de los gobiernos anteriores y las aristas que lo diferencian de a ratos lo me asustan, seguimos en lo mismo con gobiernos que no se cansan de imitarse a sí mismos, por eso no me extraña el desprecio por nuestra lucha, la indiferencia hacia nuestras exigencias y la creación de matrices de opinión que ponga al pueblo a enfrentarse con nuestro gremio. Pero yo no me desesperanzó, en nombre de mis PACIENTES, esos que se merecen las letras mayúsculas, por ellos vale la pena seguir en el ejercicio público de mi profesión, a pesar de que el deseo de huir nos embista de a ratos, porque ellos, mis pacientes, son pueblo y me reconocen como pueblo y nos cuidamos y nos protegemos, porque al final del dia sabemos, que hoy por hoy,estamos solos.
Dra. Cecilia Dávila
Caracas, 23 de junio de 2011
Adulaciones, citas con los políticos de turno, insinuaciones poco decorosas, esas fueron las primeras experiencias en búsqueda, al menos en mi caso, de que me asignaran una zona cercana a mi hogar para hacer la rural y concederme el Articulo 8. Como muestra de mis fallas de socialización y mis tímidos problemas con las figuras de autoridad, así como mi gran dificultad para adornar con un derroche de halagos a quien maneja el poder, lo más cercano que encontré para hacer la rural fue Marizapa-Caucagua-Araguita-Barlovento, si se quiere, un poco lejos de Maracaibo. Este fue mi primer contacto con los Pseudogerentes del Estado.
Ya cumplida la rural, entras de nuevo al limbo del desempleo y debes salir de ese limbo lo antes posible porque nadie soportaría a un Medico mantenido por sus padres, en el caso de que esos padres pudieran mantenerlo, en mi caso esa posibilidad no existía. Y allá vamos otra vez, el Aparato del Estado, pesado y obsceno, no se convierte en la primera posibilidad en tanto los cargos están contados, debes pasar por el proceso descrito en el segundo párrafo, si llegas a conseguir un cargo el sueldo es bajo y debes esperar, y sin ninguna mentira que medie en este escrito, en oportunidades hasta tres a cinco años para comenzar a cobrar o tener tu nombramiento. Entonces aparece la Empresa privada, mejor conocida como LAS CLINICAS como única opción. Cuando trabajas en un clínica digamos como Residente y debes atender las Emergencias entras con unas funciones y unas tareas definidas, el paciente debe ingresar según criterios clínicos y administrativos, que no dependen en ningún caso del Residente de Guardia y que sólo espera que la orden sea emanada de arriba para él poder actuar. Si alquilas un consultorio el precio es tal que tú por retruque debes aumentar el precio de la consulta de no ser así no podrás alquilar el consultorio y por tanto no ejerces, algunas Empresas de Salud Privada tienen otra modalidad, la modalidad del porcentaje y quedamos 60% para la Empresa y 40% para el obrero, que digo para el Medico. En ambos casos, en el Ejercicio Publico o en el Ejercicio Privado, el Medico o al menos el 90% de nosotros LOS MEDICOS: somos unos ASALARIADOS, con dos grandes PATRONOS: ESTADO Y EMPRESA PRIVADA, SOMOS UNOS… PRIVADOS DE LIBERTAD.
Se debe aclarar que no siempre quien gerencia una clínica es Medico y tampoco su dueño lo es, (Bueno.. acabo de recordar que para la Gerencia de la Salud Publica tampoco tienes que ser Medico, una nueva modalidad de los últimos años) de hecho, para mí particularmente, quien se aleja del ejercicio asistencial de la Medicina se aleja de esa abstracción que es ser Médico, así que quienes gerencia la salud, ya sea en la pública o en la privada, dejan de ser médicos: ya no ven pacientes ven “el costo de una cama día”, “record de pacientes que debe ser visto” (la cantidad por encima de la calidad), ya no ven diagnósticos ven “costo de medicación”, etc, etc… Si he logrado que me entiendan en este punto del escrito quizás comprendan que LOS MEDICOS muchas, incalculables e innumerables veces no somos más que Órganos de Choque, que Carne de Cañón, que recibimos encima la desesperanza, la indignación, la carencia, la insatisfacción, la pobreza, la violencia, la decepción, el hambre, de un pueblo (ya ni esta palabra me gusta) sumergido en una situación al menos difícil, con el agravante de que ese pueblo ve al médico, quizás por el referente histórico celestial y divino de José Gregorio Hernández, desde una perspectiva mágico religiosa, el médico es para este pueblo: inquebrantable, inalterable, inmutable, supremo, impoluto, inmaculado; obviamente ningún médico por vías normales y sanas puede soportar esta imagen y en los últimos años, por una especie de resentimiento que tiene el alto gobierno por los Médicos (confieso que he llegado a pensar que el Pediatra de nuestro Presidente fue Lusinchi y no le perdona algún tratamiento paraenteral que le indicó y lo está pagando con nosotros) ha alterado la imagen del médico y con una gran campaña mediática y la inserción de un matriz de opinión morbosa el medico ahora es: ambicioso, codicioso, corrupto, gregario, clasista, burgués y oligarca así vivas en un más que humilde apartamento de antiguas soluciones habitacionales, ganes menos que un obrero del IVSS y nunca te toque un Bono Único, una discusión de Contracto Colectivo ni Evaluaciones Especiales, ni pasos en la Escala ni Aumentos de sueldo.
El paciente hoy día pide cuenta al Médico por situaciones que el Médico no PUEDE responder: la escasez de medicamentos, la falta de medicamento en las farmacias de los hospitales, las dificultades para ingresar un paciente por las condiciones de los hospitales, el precio de los medicamentos, el corto tiempo que debes dedicarle para poder cumplir con el record de pacientes exigidos por el hospital y cuando tratas de explicar cuáles son tus humanas funciones y hasta donde llega tus “poderes” entonces te salen con el fulano Juramento de Hipócrates que por cierto ninguno de quienes lo nombran saben qué demonios dice, o te salen con el cuento de la vocación y déjenme decirles que vocación significa llamado de Dios y su origen tiene que ver con el llamado de Dios al Sacerdocio y a ser Santo, no con la práctica médica.
Está visión del Medico entorpece las luchas por nuestros derechos laborales, la concepción de que el Medico “lo tiene todo” o “lo puede todo” le resta apoyo por gran parte de la población cuando los necesitamos; nuestra exigencia de una ambiente de trabajo adecuado y propicio para el ejercicio pleno de nuestra profesión (esto incluye la dotación de recursos a los hospitales y asegurar una adecuada estructura física), la discusión de contratos colectivos, la inclusión de beneficios para nuestros hijos, el aumento de sueldos y salarios; es la misma exigencia de todos los trabajadores de nuestro país, es lo mismo que pide el obrero, el maestro, el ingeniero, el abogado y que por LEY nos pertenece.
Pero a los Gobiernos les conviene generar luchas de clases, y no hay peor lucha que la del trabajador contra el trabajador, es desgarrada y miserable. Este Gobierno no es diferente, al contrario, ha sabido con técnica quirúrgica construirse a imagen y semejanza de los gobiernos anteriores y las aristas que lo diferencian de a ratos lo me asustan, seguimos en lo mismo con gobiernos que no se cansan de imitarse a sí mismos, por eso no me extraña el desprecio por nuestra lucha, la indiferencia hacia nuestras exigencias y la creación de matrices de opinión que ponga al pueblo a enfrentarse con nuestro gremio. Pero yo no me desesperanzó, en nombre de mis PACIENTES, esos que se merecen las letras mayúsculas, por ellos vale la pena seguir en el ejercicio público de mi profesión, a pesar de que el deseo de huir nos embista de a ratos, porque ellos, mis pacientes, son pueblo y me reconocen como pueblo y nos cuidamos y nos protegemos, porque al final del dia sabemos, que hoy por hoy,estamos solos.
Dra. Cecilia Dávila
Caracas, 23 de junio de 2011